
El poder del juego previo: por qué los preliminares son el 80% del orgasmo
“Él siempre iba directo al grano. Yo me quedaba con la sensación de que algo faltaba. Y claro, al final pensé que el problema era mío”.
¿Cuántas veces hemos escuchado o vivido historias como esta? Demasiadas.
La realidad es que, durante años, se nos ha vendido la idea de que el sexo “de verdad” empieza y termina con la penetración. Como si todo lo demás fuese relleno. Pero la ciencia, la experiencia y, sobre todo, nuestro propio cuerpo nos dicen lo contrario: el juego previo no es un accesorio, es la parte más importante del encuentro erótico.
De hecho, muchas sexólogas afirman que hasta el 80% del orgasmo femenino se construye en los preliminares. Así que, si lo estabas sospechando, sí: los besos, las caricias y la excitación pausada son mucho más que un simple calentamiento. Son la base de un placer profundo y sin culpas.
¿Por qué se menosprecia el juego previo?
Aquí entran en juego los tabúes y la educación sexual incompleta. Se nos enseñó a entender la sexualidad desde un enfoque masculino, rápido, centrado en la penetración y el orgasmo como meta final. Resultado:
- Relaciones sexuales con prisa.
- Mujeres fingiendo placer para “terminar ya”.
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Cuerpos desconectados que no se sienten escuchados.
El tabú del juego previo no es solo cultural: también es un reflejo de cómo se invisibiliza el placer femenino. Pero la buena noticia es que tenemos el poder de cambiarlo.
El placer se construye paso a paso
El cuerpo femenino necesita tiempo y estimulación progresiva para alcanzar la excitación máxima. Cuando se respetan los ritmos, la lubricación aumenta de forma natural, la musculatura se relaja y el orgasmo llega con más fuerza.
👉 Saltarse los preliminares es como querer encender un fuego con la leña mojada: cuesta más, duele más y el resultado es pobre.
En cambio, un buen juego previo despierta la mente y los sentidos:
- El roce suave de una caricia en la piel.
- Una respiración acelerada al oído.
- La tensión erótica que se crea con la espera.
Todo eso prepara al cuerpo para un placer más intenso y auténtico.
Mitos que hay que derribar
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“Los preliminares son solo para mujeres”
Falso. El juego previo aumenta la excitación en todas las personas, independientemente de su género. -
“El sexo oral o las caricias son solo el comienzo”
Error. El sexo es mucho más que penetración. Un encuentro puede ser solo juego previo y ser absolutamente satisfactorio. -
“Los juguetes cortan la magia”
En realidad, pueden ser un ingrediente explosivo. Lejos de sustituir, sumar herramientas potencia el placer compartido.
Cómo alargar y disfrutar el juego previo
1. Dale tiempo al cuerpo
No hay reloj. Lo importante es escuchar las sensaciones y alargar el deseo.
2. Explora nuevas zonas erógenas
El clítoris no es el único protagonista. Cuello, pezones, muslos, espalda… el cuerpo está lleno de botones de placer esperando ser activados.
3. Usa lubricantes para potenciar el placer
Un lubricante íntimo convierte cualquier caricia en una experiencia sensorial más intensa. Suavizan, relajan y multiplican las sensaciones.
4. Atrévete con juguetes externos
Un vibrador puede ser el aliado perfecto para subir la temperatura. Fáciles de manejar y discretos, se integran en las caricias sin interrumpir la intimidad.
5. Juega con la mente
El erotismo no está solo en el cuerpo, también en la imaginación. Una conversación picante, un mensaje previo o un antifaz pueden encender la chispa antes incluso de tocarse.
Una historia que ilustra el poder del juego previo
Ana llevaba años sintiendo que sus encuentros terminaban demasiado rápido. Su pareja iba directo a la penetración y ella rara vez alcanzaba el clímax. Hasta que un día, en una sesión de terapia sexual, escuchó algo que le cambió la vida:
“Tu orgasmo empieza mucho antes de que haya penetración. Dale espacio a tu cuerpo”.
Ana y su pareja empezaron a dedicar 20, 30 e incluso 40 minutos solo a caricias, masajes y juegos. Descubrieron juntos los lubricantes con aromas y un pequeño vibrador de clítoris. El resultado fue tan sencillo como revelador: ella empezó a tener orgasmos más intensos y él descubrió que el sexo podía ser mucho más rico y creativo.
El juego previo también es autoconocimiento
No necesitas esperar a otra persona para explorar. El juego previo puede ser contigo misma:
- Una ducha consciente acariciando cada parte del cuerpo.
- Un masaje lento con lubricante.
- Un bullet explorando el clítoris o los pezones.
La autoexploración no solo te da placer: también te enseña a comunicar lo que te gusta y lo que no en tus encuentros.
El orgasmo como viaje, no como meta
Reducir el sexo a la penetración es como ver solo los últimos cinco minutos de una película. Te pierdes la trama, la tensión, los matices. El juego previo nos recuerda que el placer es un camino, no un sprint.
Así que la próxima vez que alguien quiera saltarse los preliminares, recuerda: ahí está el 80% del orgasmo. El resto es solo la guinda del pastel.
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Porque el placer no está en correr hacia el final, sino en saborear cada segundo del viaje.